lunes, 26 de abril de 2010

"Relatos Perdidos de la Nueva Historia"

# II

"No puede ser... aún no termino de convencerme de esto; todo lo que creí, todo en lo que base mi existencia, esta siendo hechado abajo por la propia historia, pero no la por defecto, estamos hablando del antes del tiempo, del antes del nacimiento. Pero no, soy un firme creyente en las palabras de los Dioses, todo tendrá sentido una vez ellos nos vuelvan a hablar después de años de castigo por nuestra impertinencia. Ellos despertaran. Ellos volveran todo a la normalidad... siempre lo hacen."

P-5 - 460 P.N

jueves, 22 de abril de 2010

"Relatos Perdidos de la Nueva Historia"

# I

"... y entonces note el cambio en la situación, casi como que no estuviesemos hablando de lo mismo y se vieran descolocados. (...) ener caute (..) Creo que voy por buen camino, sin embargo a veces pienso que mi personalidad tiene una pequeña tendencia a mecanizarse un poco desde mi primer encuentro hasta lo que ha sido nuestra estadía acá... nada de lo que extrañarse, quizás."

Diario del colonizador
ID: I-III-43.602
P-2 - 5.228 P.N

domingo, 14 de marzo de 2010

Blackout


Las luces se apagaron.
Y con ellas se fue también la racionalidad.
Aunque algunos se esforzaran en traer la calma, aunque acudieran a vacuas palabras de consuelo, lo que nos hacía civilizados se había extinguido, desaparecido con la última radiación del espectro electromagnético.
Sollozos. Gemidos. Llanto desconsolado. Gritos desgarradores… aullidos de gargantas humanas incapaces de asimilar lo que pronto pasaría. Poderosos inductores de miedo en una noche estrellada con la que nadie se deleitaba.

Apagaron la emisora que transmitía caos. Ambos cogieron sus improvisadas armas y gritaron sobre los techos su proclama. Así sellaron su destino.
Condenados, el rugir del desastre cercano los dispuso a luchar por lo que siempre habían creído. 
Y morirían con una sonrisa en el rostro.

lunes, 26 de enero de 2009

Al otro lado de la pantalla

Un joven veinteañero miraba la televisión nueva que había comprado su padre. Ya unos años antes había tenido contacto con uno de estos aparatos en casa de una tía, cuando pudieron apreciar la llegada del hombre a la luna. Pero era la primera vez que tenían una en casa.
Ya había visto música libre, el festival de la una y el magnetoscopio cultural entre otros, ninguno de ellos le agradaba en gran manera, pero el hecho de poder ver la imagen en la pantalla le intrigaba y lo mantenía pegado a la pantalla.
Sus padres habían salido de viaje, y no estaban sus hermanos, asíque aquella noche estaba solo en casa.
Agarró galletas e hizo unos jugos para poder ver completa la programación.
Bajó al sótano de la casa, para buscar un colchón de una antigua cama, así poder tirarlo en el living de la casa y quedarse a dormir ahí...
la polvorienta escalera guiaba hacia un oscuro lugar pocas veces visitado por la familia, en la oscuridad maxima busco con sus manos el interruptor que le permitiera encender la ampolleta que alumbraba aquel lugar. Tropezó un par de veces antes de encontrarlo, hasta que por fin la luz ilumino la pieza.
Estantes con libros repletaban las paredes, baúles y cajas llenaban el piso. La falta de aseo se notaba inmediatamente. El olor a humedad y encierro penetraba hasta los huesos.
En la esquina mas alejada se erguía el viejo colchón de la abuela, lo habían traído de su casa al poco tiempo después que ella dejó este mundo.
Lentamente y sorteando los obstáculos logró llegar al colchón, mas cuando lo levantó notó algo que nunca antes había visto. Sus ojos brillaron y sus manos se estiraron antes que su cerebro diese la orden. El colchón cayó al lado de él, pero ni se percató de eso.
El baúl de la abuela estaba ahí, aquel que ella nunca había dejado que el mirase, según ella porque contenía sus mas grandes secretos.
-bah!!! ¿Qué le importará a la abuela si ahora se alguno de sus secretos? Después de todo ya no esta aquí para que me rete. Pensó.
El baúl tenía un candado, así que busco un martillo y sin ninguna fineza le dio un golpe a la cerradura y abrió el baúl.
Fotos antiguas, recortes de diarios una libreta y una piedra estaban en el interior.
-Pffff!!!! Nada más que basura, gran secreto eh abuela?. Dijo desilucionado.
Aun asi se sentó a mirar las fotos. Todas eran fotos de la abuela junto al abuelo en sus años de juventud, en distintas partes, en distintos paises, parecía que la abula habia viajado alrededor del mundo y ellos nunca se habian enterado. Pero algo más capto su atención, era algo q la abuela o el abuelo llevaban en la mano, uno de los dos pero que estaba presente en todas las fotos. Volvió al baul y ahí estaba. Esa piedra insignificante en la esquina del recipiente de madera. – Algo raro hay aquí se dijo asi mismo.
Tomó la libreta de notas y comenzó a leer.
La abuela daba una explicación sobre la importancia de la piedra, según ella le permitia viajar a distintos lugares , con el solo hecho de pensar en el destino sosteniendo la piedra se habria un portal al destino deseado.
El joven medio extrañado pensó que solo eran tonteras de la anciana, mas no perdia nada con el intento, asi que agarro la piedra y pensó en un lugar cercano, para provar.
tomó la piedra en su mano derecha y pensó. Inmediatamente un portal se habrio, se podia ver su pieza al otro lado. Dejo de pensar en aquella habitación y el portal se cerro.. impresionado subio corriendo las escaleras. Se daba vueltas y vueltas pensando en donde querria ir en primer lugar.
Egipto, Londres,China, pasaron por su cabeza. La televisión hacia las de banda sonora, y el se dio cuenta de aquello, se acercó a la pantalla y tomo la piedra con sus dos manos, llevo la idea a su mente y un portal se abrio frente a él. Cerro los ojos y avanzó. Un escalofrio recorrio su cuerpo, dio un paso adelante y cruzó el umbral. En ese momento dejo caer la piedra.
Abrio los ojos y todo era negro escepto tras él. Atrás se veia el living, como por una ventana, y un extraño campo de fuerza le impedia ir hacia el. Miro a su alrededor buscando algo , lo que fuese, pero no habia nada escepto oscuridad.
Cerro los ojos y penso en su hogar, extrañamente para el ningun portal se abrió. Penso nuevamente, esta vez mas concentrado, pero obtubo el mismo resultado. En ese instante se percato q no tenia la piedra , no sabia q hacer, se tiro al suelo y comenzo a buscar palpando en la oscuridad por si esque pudiera encontrar algo. El silencio del lugar lo mataba.
Cuando ya no sabia q hacer una luz se prendió al otro lado de la pantalla, escuchó voces , reconocio la de su hermano, corrio a la pantalla y comenzo a golpearla y a gritar, pero luego de un tiempo se dio cuenta que estos gritos no eran escuchados al otro lado.
Se tiro en un rincon y vio a su hermano acercarse a la tv. Se le humedecieron los ojos y se lleno de esperanza, comenzó a acercarse nuevamente a la pantalla, vio como el otro joven desvio su mirada al suelo y tomó la piedra de la abuela. Grito con todas sus fuerzas, mas su hermano nunca lo miro, sin desviar la mirada de la piedra este estiro su mano y apago la tele.

A veces nuestro sueño se puede volver en pesadilla. Tomamos decisiones sin pensar en las consecuencias que estas pueden traer, al tiempo nos damos cuenta de lo mal que hicimos. En algunas ocaciones podemos volver atrás, pero en otras simplemente quedamos atrapados al otro lado de la pantalla sin posibilidad de volver.

viernes, 26 de diciembre de 2008

El Aullido

Recuerdo todo, todo claramente como si hubiera sido tan sólo ayer.
La tarde tibia comenzaba a caer y las primeras estrellas empezaban a encenderse en el horizonte.
Aquel era un día especial, pues en la noche tocaba a los ancianos contarnos sobre sus aventuras y compartirnos sus experiencias. Los jóvenes estábamos impacientes, muchos no paraban de darse vueltas en circulo, otros corrían de un lado a otro, todos queríamos que llegase la hora de las historias. Porque ¿a quien no le gusta una buena historia?, y esa noche las historias de calidad estaban 100% aseguradas.

El sol se perdió completamente en el horizonte y una brisa helada atravesó nuestros rostros, era la hora de comenzar. El sabio Thilcad nos juntó a todos , uno por uno y nos llevó al lugar de la reunión.
Era casi como un ritual, como si se estipulara que así debía hacerse, ningún joven llegaba solo al punto de encuentro, sino que todos llegaban con Thilcad, que era el mas anciano de todos , por lo tanto a quien le debíamos mas respeto. Aparte, él era el maestro de ceremonia.

Llegamos a la piedra de la sabiduría como le llamaban nuestros padres y abuelos, según contaba la historia desde el principio de los tiempos los ancianos vertían su experiencia sobre los jóvenes, así estos se preparaban de mejor manera para la vida adulta.
Una vez por año se hacia esta reunión siempre en la misma noche, la noche mas larga del año.

Thilcad nos hizo sentar, y todos los adultos se centraron en frente nuestro. Nosotros los jóvenes, también juntos ,hacíamos una semi circunferencia, alrededor de los adultos. En el medio del circulo había una piedra brillante de color azul, encima de ella se paraba el orador de turno para contar su relato


Había pasado ya un buen rato, las nubes habían colmado el firmamento y el viejo Rossel había contado una historia de cómo se perdió en el bosque cazando y fue salvado por los mismos mapaches a los cuales perseguía. Muchos reímos en esa historia. también el tío Klutz contó sobre la vez que fue perseguido por extrañas criaturas, y debió saltar por la catarata para liberarse de ellas. Yo ya sabia esa historia, pues el tío pasó casi dos otoños sin poder caminar, aun así me aterró y conmovió su emotivo final.

Se acercaba Frunn a la piedra para hablar, sus historias siempre eran muy divertidas, por lo cual todos nos acercamos un poco más. De pronto el viento comenzó a correr, las nubes se dispersaron y una enorme luna llena alumbró al grupo completo.
Fue en ese momento en que Clisveral cayó al suelo, se empezó a quejar de unos retorsijones en el estomago. Thilcad se acercó a verle, pero el dolor parecía ir en aumento. Comenzó a revolcarse en el suelo, unos gritos desgarradores surgieron desde su garganta. Entonces todo se volvió aterrador. Sus extremidades mutaron en el instante, su cuerpo cambio por totalidad, su rostro era completamente distinto. Era la peor bestia que te puedas imaginar. La bestia erguida era 3 de veces nuestro tamaño. Sus brazos eran casi del largo de todo mi cuerpo.

Recuerdo que se irguió mirando de frente a la luna y lanzo un grito tronador, los pelos se me pusieron de punta, la sangre se me congelaba en las venas. Y entonces se dio vuelta y me miró. Podías notar el mal en esa mirada. El mal mismo, sin nada de bondad en el, sus ojos decían que no tenia alma, y que devoraría la tuya.

Frunn fue el primero en saltar hacia él, pero la bestia de un manotazo lo derribo, luego lo volvió a golpear y nuevamente, hasta que la sangre del anciano dejo de salir de su cuerpo.
Metió su garra dentro del cuerpo de Frunn y saco una de sus costillas y con ella señaló al grupo.

Thilcad, Friur y Malkevi intentaron detener a Clisveral, mas ninguno de ellos pudo. En 5 minutos sus cuerpos destrozados yacían sobre la nieve.

No podíamos movernos, el miedo estaba en cada rincón de nuestro cuerpo, y nos mantenía pegados al piso sin permitirnos hacer nada.

La nieve escarlata nos rodeaba, la bestia imponente, sacaba las pieles de nuestros sabios, y las colocaba sobre sus hombros como trofeos de batalla, en ese instante una nube cubrió la luna, y el monstruo cayó al suelo en medio de innumerables convulsiones .
Nadie quiso acercarse esta vez. La nieve nos impedía ver claramente. Derrepente la nieve dejó de moverse y la cabeza de Clisveral asomó. Estaba perplejo su mirada estaba perdida, parecía no entender que estaba sucediendo. Cuando vio los cuerpos y las pieles encima de él algo le dijo que había hecho algo terrible. Nos miró con ojos llorosos, parecía que su alma se partiera por el dolor. Seguido de esto sus ojos cambiaron otra vez. Nuevamente la luna estaba descubierta y la bestia comenzaba a emerger, pero antes de completar su metamorfosis la luna se volvió a tapar.
Comprendí que era la luna la que hacia que Clisveral se transformase en esa bestia, también comprendí que si dejaba que la luna volviese a transformarle mi vida se extinguiría, al igual que la del resto.
Los ojos se me llenaron de lagrimas el corazón me latió mas fuerte que nunca, y el miedo en mis venas se evaporo dándole cabida a la valentía y al coraje. Mi cuerpo se despego del suelo y salté sobre Clisveral.
Recuerdo que le pedí perdón y le dije que lo quería, le dije que lo quería mucho. Después de eso comencé a golpearle, Grok me siguió.
Estaba casi apunto de morir y la luna volvió a salir, la bestia resurgió y nos lanzo por los aires, se paró mas una de sus piernas no respondió, y cayo al suelo. Miró su cuerpo lleno de heridas, y comprendió que su fin estaba cerca, miró hacia la luna y lanzó un grito, un grito de dolor, un grito de pena, un grito final.
Cayó.
La luna estaba quieta sobre él, como si le estuviera mirando. Entonces su cuerpo comenzó a retornar a su forma natural. Ahí yacía Clisveral, me acerque a él, miré a la luna y lloré. Un grito también emergió de mi garganta, al igual que el último grito de la bestia también fue de dolor, mas el mío no era dolor físico, sino que de el alma.

Y ahora estoy aquí frente a todos ustedes jóvenes, sobre la misma roca que vio como perdí a mi mejor amigo, a mi modelo a seguir. Esta roca que vio como maté a mi propio hermano. Quien debido a esta luna que hoy nos acompaña dejó de ser lo que era para convertirse en una bestia. Dejó de ser un lobo y se convirtió en hombre. Y por eso grito a esta luna cada vez que sale a mi encuentro, porque se llevó a mi hermano, al que tanto quería.