domingo, 14 de marzo de 2010

Blackout


Las luces se apagaron.
Y con ellas se fue también la racionalidad.
Aunque algunos se esforzaran en traer la calma, aunque acudieran a vacuas palabras de consuelo, lo que nos hacía civilizados se había extinguido, desaparecido con la última radiación del espectro electromagnético.
Sollozos. Gemidos. Llanto desconsolado. Gritos desgarradores… aullidos de gargantas humanas incapaces de asimilar lo que pronto pasaría. Poderosos inductores de miedo en una noche estrellada con la que nadie se deleitaba.

Apagaron la emisora que transmitía caos. Ambos cogieron sus improvisadas armas y gritaron sobre los techos su proclama. Así sellaron su destino.
Condenados, el rugir del desastre cercano los dispuso a luchar por lo que siempre habían creído. 
Y morirían con una sonrisa en el rostro.

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